lunes, 27 de noviembre de 2006

La nueva ley de Educación

Escribe Juan Olmedo Alba Posse
Cinismo: Emergiendo de las fracasadas reformas anteriores, el ministro de Educación reveló con toda su genuina autoridad, el meollo de la nueva re-reforma educativa destinada a refortalecer la identidad nacional. Así dijo que “la construcción (sic) de la memoria colectiva como contenido curricular no sólo remitirá al 24 de Marzo de 1976, sino que se referirá a ‘los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el TERRORISMO DE ESTADO’” (cfr. La Nación, 12.11.06, p.19). Ello en efecto, integrará de acuerdo al art. 92 del proyecto, la formación de los alumnos “en todas las jurisdicciones”, instruyéndolos a favor de la praxis marxista contra la seguridad del Estado; tal como ocurrió en la década del 70. Acaso no haya una síntesis igual de cinismo e hipocresía en toda la historia de la educación.
La invención ideológica que se quiere imponer contra la verdad, exige refrescar urgentemente la memoria de lo sucedido, empezando por lo que hemos presenciado. En tiempos de la “dictadura genocida” por ejemplo -demostrativo de la primera falacia- solían irrumpir en las calles ruidosas manifestaciones opositoras ostentando sus símbolos sin temor alguno al gobierno, que se escudaba en el ingenuo lema "Los argentinos somos derechos y humanos". También un día por semana se reunían como dueñas de la plaza, a caminar alrededor de la Pirámide de Mayo, algunas señoras cubiertas con un pañuelo blanco. Era un puñado de mujeres que se manifestaban sin el menor inconveniente, las famosas Madres de Plaza de Mayo.

Dilema: Tales imborrables imágenes, que se agregan a los firmes e insospechables testimonios expresados por los más diversos medios de aquellos tiempos, sugieren una reflexión adicional de gran elocuencia. Si el “Terrorismo de Estado” produjo 30.000 desaparecidos, y sus familiares reciben cuantiosas indemnizaciones, ¿cómo se explicará que sólo reclame un puñado de mujeres?

Esto lo llevaría a concluir al menos suspicaz -haciendo un cálculo razonable- que: a) unas 29.000 madres se han recluido en un hermetismo desconcertante; b) o que los 30.000 Desaparecidos pertenecen al credo bolchevique del “terrorismo de Estado”. (En relación con ello, observadores memoriosos no olvidan que el autor del “Nunca más”, se quejaba cuando los reclamos sólo llegaban a ochocientos; preguntándose cómo era posible que no se hubieran presentado más casos).

Es increíble que se tergiverse la historia de un modo tan brutal, hasta el punto que los feroces terroristas aparezcan como las víctimas del terrorismo. Va de suyo que las infracciones o delitos que se cometieran en la represión –así como los despropósitos del “Proceso”- de ninguna manera pueden cambiar la palpable naturaleza de las cosas.

Recurso: Ahora se ve que ante el incómodo dilema del sentido común, el ministro de Educación acudirá al conocido recurso marxista de aplastar la razón, lavando el cerebro de las jóvenes generaciones. Para lo cual ha previsto "la construcción de la memoria colectiva”, cuyos dogmas recitarán nuestros chicos en el colegio a partir de la nueva Ley de Educación. De tal suerte –abarcando ya todos los procesos históricos y políticos de la vida nacional considerados execrables por el Ministerio- el número de desaparecidos incrementado por la ideología, ha de trepar a centenares de miles... o a millones. Para que queden aniquiladas de una vez por todas las recurrentes añoranzas y convicciones de los viejos argentinos.

Tomado de Panorama Católico Digital

No hay comentarios.: