Tras un magnífico post de Cruz y Fierro sobre la imperiosa necesidad de no mortificar más a las familias, del cual resulta que la política más conveniente para esta institución es que el Gobierno no se acuerde más de ella durante un largo tiempo, el país entero quedó galvanizado por un conato de interferencia en la vida familiar, seguido de homicidio.
Cuando se aplica concienzudamente el “superior interés del niño”, no pueden esperarse más que desgracias: el inefable Ministro argentino de Salud Ideológica y Demográfica, Doctor Ginés González Condón, ha pedido de viva voz “una discusión social” sobre la eutanasia automática, llamada eufemísticamente involuntaria, a fin de obtener por medio del aplastante consenso del que se cree acreedor, la facultad de asesinar a un niño de cinco años que, según unos médicos tan crueles como incompetentes, se hallaría en estado vegetativo y en situación “irrecuperable”. Pese a que todo esto nos pone ante la evidencia, como una primera aproximación al caso, que los únicos irrecuperables serían los médicos y el ministro, nos parece ilustrativo dar a conocer alguno de los sagaces argumentos ensayados por el funcionario nacional, en eventual socalce del siguiente infanticidio que planea.
Según él, “Hace 20 años ese chico (Brian) se hubiera muerto enseguida y no habría habido una discusión. Pero ahora está asistido artificialmente y eso hace que sobreviva”, lo que en buen romance significa que los progresos de la medicina de estos 20 últimos años, deberían emplearse para liquidar pacientes, y no para curarlos, por que en realidad son una molestia. Si todos estos avances científicos sólo han servido para alimentar una discusión, ¡acabemos con ellos! “González García agregó que "hoy se puede lentificar la muerte muchísimo". Por ello, destacó que "falta todavía una discusión social y sobre todo leyes que se adecuen a estas nuevas posibilidades" que brindan la ciencia médica y farmacológica”.
En síntesis, leyes que anulen en los hechos, las ventajas que se habrían obtenido en el ejercicio de la medicina por los nuevos descubrimientos. ¡Y claro, es tan caro pagar estas ventajas modernas! Según la lógica del ministro, la tesis que los Hospitales son para morir, no para vivir, debería quedar oficializada. Por lo cual, los adelantos de la ciencia médica y farmacológica de los últimos 20 años, serían más bien para burlarse de los enfermos que para curarlos.
Para darle algún tinte de legalidad al crimen planeado, la Justicia ha sido convocada para opinar sobre si debería desconectarse o no, el respirador artificial que mantiene un hálito de vida en el chiquitín, atropellado por un automóvil hace un año y que se halla, desde entonces, en un errático estado de coma.
¿Y adivinen quién ha pedido la intervención judicial para desconectar ese hilito de vida del chico? No, no fué el ministro (al menos, no directa ni personalmente), ni por supuesto los padres —humildes trabajadores que, por el contrario, se oponen desesperadamente a que se mate a su hijito— sino ... ¡los pediatras!.
Asustados por la tibia, aunque dramática reacción de los medios de difusión y los correos electrónicos que galvanizaron la opinión pública, estos bestias han dado, por ahora, marcha atrás, en vista de la férrea decisión de los padres de oponerse al asesinato de su hijito.
Estos padres son un verdadero regalo de Reyes para esta Argentina trucidada por maricones, asesinos y zurdos desalmados.
Pero estos asesinos quieren resultados a marchas forzadas, porque asumen la proximidad del castigo Divino, que no solamente destruirá la maquinaria de matar inocentes que desean instaurar, para mejor servir en holocausto a su maligno señor, sino que los sumirá definitivamente en ese fuego inclaudicable de azufre, odio inextinguible al amor y ferocidad insaciable que ya los devora en la tierra, y que los atormentará en el abismo para siempre. De nada les servirá alegar ante el Juez Supremo que tenían posiciones “consensuadas” con éste o aquel mediquillo malparido, o acaso algún prelado, por que en tal caso, el Eterno los mandará a hacerse compañía.
Y no sé qué es peor.
Cuando se aplica concienzudamente el “superior interés del niño”, no pueden esperarse más que desgracias: el inefable Ministro argentino de Salud Ideológica y Demográfica, Doctor Ginés González Condón, ha pedido de viva voz “una discusión social” sobre la eutanasia automática, llamada eufemísticamente involuntaria, a fin de obtener por medio del aplastante consenso del que se cree acreedor, la facultad de asesinar a un niño de cinco años que, según unos médicos tan crueles como incompetentes, se hallaría en estado vegetativo y en situación “irrecuperable”. Pese a que todo esto nos pone ante la evidencia, como una primera aproximación al caso, que los únicos irrecuperables serían los médicos y el ministro, nos parece ilustrativo dar a conocer alguno de los sagaces argumentos ensayados por el funcionario nacional, en eventual socalce del siguiente infanticidio que planea.
Según él, “Hace 20 años ese chico (Brian) se hubiera muerto enseguida y no habría habido una discusión. Pero ahora está asistido artificialmente y eso hace que sobreviva”, lo que en buen romance significa que los progresos de la medicina de estos 20 últimos años, deberían emplearse para liquidar pacientes, y no para curarlos, por que en realidad son una molestia. Si todos estos avances científicos sólo han servido para alimentar una discusión, ¡acabemos con ellos! “González García agregó que "hoy se puede lentificar la muerte muchísimo". Por ello, destacó que "falta todavía una discusión social y sobre todo leyes que se adecuen a estas nuevas posibilidades" que brindan la ciencia médica y farmacológica”.
En síntesis, leyes que anulen en los hechos, las ventajas que se habrían obtenido en el ejercicio de la medicina por los nuevos descubrimientos. ¡Y claro, es tan caro pagar estas ventajas modernas! Según la lógica del ministro, la tesis que los Hospitales son para morir, no para vivir, debería quedar oficializada. Por lo cual, los adelantos de la ciencia médica y farmacológica de los últimos 20 años, serían más bien para burlarse de los enfermos que para curarlos.
Para darle algún tinte de legalidad al crimen planeado, la Justicia ha sido convocada para opinar sobre si debería desconectarse o no, el respirador artificial que mantiene un hálito de vida en el chiquitín, atropellado por un automóvil hace un año y que se halla, desde entonces, en un errático estado de coma.
¿Y adivinen quién ha pedido la intervención judicial para desconectar ese hilito de vida del chico? No, no fué el ministro (al menos, no directa ni personalmente), ni por supuesto los padres —humildes trabajadores que, por el contrario, se oponen desesperadamente a que se mate a su hijito— sino ... ¡los pediatras!.
Asustados por la tibia, aunque dramática reacción de los medios de difusión y los correos electrónicos que galvanizaron la opinión pública, estos bestias han dado, por ahora, marcha atrás, en vista de la férrea decisión de los padres de oponerse al asesinato de su hijito.
Estos padres son un verdadero regalo de Reyes para esta Argentina trucidada por maricones, asesinos y zurdos desalmados.
Pero estos asesinos quieren resultados a marchas forzadas, porque asumen la proximidad del castigo Divino, que no solamente destruirá la maquinaria de matar inocentes que desean instaurar, para mejor servir en holocausto a su maligno señor, sino que los sumirá definitivamente en ese fuego inclaudicable de azufre, odio inextinguible al amor y ferocidad insaciable que ya los devora en la tierra, y que los atormentará en el abismo para siempre. De nada les servirá alegar ante el Juez Supremo que tenían posiciones “consensuadas” con éste o aquel mediquillo malparido, o acaso algún prelado, por que en tal caso, el Eterno los mandará a hacerse compañía.
Y no sé qué es peor.
1 comentario:
Estimado Ludovico: Usted leyó mal!!. El Ministro de Salud Ideológica, en el fondo, es un tradicionalista que quiere volver a la medicina de hace 40 años atrás.
Su post me hizo acrodar a la excelente novela de Benson "Señor del Mundo" (Y mire por donde, el actual Papa tiene el pelo plateado).
Un abrazo y muchas gracias por los excelentes posts.
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