Monseñor Stanislaw Wielgus, arzobispo preconizado de Varsovia, ha presentado su renuncia el mismo día en que debía tomar posesión de su Cátedra, la cual le ha sido aceptada de inmediato por Su Santidad Benedicto XVI.
El prelado, designado recientemente para reemplazar en la Arquidiócesis heroica al Cardenal José Glemp —arzobispo emérito que a paritr de ahora reasume la conducción de su grey, como administrador apostólico— había sido alcanzado en los días pasados por las críticas de sectores tradicionales de la Iglesia, que lo acusaban de haber sido agente de la policía secreta comunista polaca y también de la KGB.
El comunicado de la Santa Sede, publicado hoy en la página noticiosa del Vaticano en lengua italiana y polaca, se limita a transcribir la gacetilla de la Nunciatura apostólica en Polonia y lleva la firma del Nuncio, monseñor Józef Kowalczyk. Allí, se anuncia la renuncia, la aceptación y la designación del arzobispo emérito como administrador apostólico.
Los blogs Rorate Cæli y Cruz y Fierro, habían encabezado una campaña para alertar sobre los origenes criptocomunistas del neoarzobispo, con el resultado que ahora vemos. Algunos medios de difusión ya se han hecho eco de la noticia, publicando algunos antecedentes del caso con mayor o menor precisión.
El informe de la comisión de Historia del Vaticano fué determinante para la remoción del arzobispo, al quedar demostrado sin sombras de duda que monseñor Wielgus había aceptado consciente y libremente ser agente comunista; el encartado admitió que lo había hecho a cambio de ciertas facilidades y ventajas para continuar su vida “científica”, aunque sugirió que el Papa ya lo sabía cuando se le ofreció el arzobispado de Varsovia.
En una actitud novedosa dentro de la Iglesia en los últimos 45 años, es la segunda vez que el actual Papa, cuyo pontificado aún no cumple los dos años, resuelve en cuestión de horas la “renuncia voluntaria” de obispos hallados culpables de faltas graves contra la Moral o la Fe.
El prelado, designado recientemente para reemplazar en la Arquidiócesis heroica al Cardenal José Glemp —arzobispo emérito que a paritr de ahora reasume la conducción de su grey, como administrador apostólico— había sido alcanzado en los días pasados por las críticas de sectores tradicionales de la Iglesia, que lo acusaban de haber sido agente de la policía secreta comunista polaca y también de la KGB.
El comunicado de la Santa Sede, publicado hoy en la página noticiosa del Vaticano en lengua italiana y polaca, se limita a transcribir la gacetilla de la Nunciatura apostólica en Polonia y lleva la firma del Nuncio, monseñor Józef Kowalczyk. Allí, se anuncia la renuncia, la aceptación y la designación del arzobispo emérito como administrador apostólico.
Los blogs Rorate Cæli y Cruz y Fierro, habían encabezado una campaña para alertar sobre los origenes criptocomunistas del neoarzobispo, con el resultado que ahora vemos. Algunos medios de difusión ya se han hecho eco de la noticia, publicando algunos antecedentes del caso con mayor o menor precisión.
El informe de la comisión de Historia del Vaticano fué determinante para la remoción del arzobispo, al quedar demostrado sin sombras de duda que monseñor Wielgus había aceptado consciente y libremente ser agente comunista; el encartado admitió que lo había hecho a cambio de ciertas facilidades y ventajas para continuar su vida “científica”, aunque sugirió que el Papa ya lo sabía cuando se le ofreció el arzobispado de Varsovia.
En una actitud novedosa dentro de la Iglesia en los últimos 45 años, es la segunda vez que el actual Papa, cuyo pontificado aún no cumple los dos años, resuelve en cuestión de horas la “renuncia voluntaria” de obispos hallados culpables de faltas graves contra la Moral o la Fe.
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