miércoles, 13 de diciembre de 2006

La Misa Tradicional

Los redactores del blog Rorate Cæli han demostrado una vez más su indiscutible profesionalismo, no haciéndose ascos a la hora de hacer una lectura de Le Figaro de París, del cual han comentado una noticia que, si bien es antiquísima, nunca antes había hallado eco en un medio de difusión de gran tirada. Así lo recuerda el blog, haciendo pié en que se trata de una antigua noticia, sobre una antigua comisión, respecto de una antigua Misa.
La nota recuerda que en el año 1982, a pedido del Papa Juan Pablo II una Comisión integrada por 9 cardenales, entre ellos Joseph Ratzinger, estudió detenidamente la cuestión de la posible y eventual supresión de la Misa Tradicional, en uso en la Iglesia desde los tiempos apostólicos y hasta 1969, llegando a conclusiones como éstas: “No, la Misa de San Pío V jamás fue suprimida”. La segunda pregunta que se les efectuó fue: “¿Un obispo tiene al menos el derecho de prohibir a un sacerdote de buena reputación celebrar la misa tridentina?”. La respuesta de los cardenales fue unánime: “No, ningún obispo tiene el poder de prohibirle a un sacerdote católico que celebre la Misa tridentina (de San Pío V)”. Así lo informó el cardenal Alfons Stickler, por entonces Prefecto de los Archivos del Vaticano y uno de los miembros de la Comisión, integrada también por los cardenales Agustín Mayer, Agostino Cassaroli, Joseph Ratzinger ... . El cardenal, luego del comentario sobre los hechos, opinó también: “No tenemos ninguna prohibición oficial, y pienso que el Papa no impondrá nunca ni la menor prohibición...por causa de las palabras de San Pío V, que ha declarado solemnemente que esta Misa será válida hasta el fin de los tiempos” (Revista The Latin Mass, 5 de mayo de 1995), refiriéndose el cardenal Stickler a la Bula del Papa San Pio V denominada Quo Primum tempore, (aquí en inglés) por la cual se estableció la Misa Tradicional revisada.
Lo cierto es que, según una interpretación canónica autorizada y que es actualmente la más corriente, las disposiciones dadas por los Papas Paulo VI en 1971 y Juan Pablo II en 1982 (ambas suprimidas de hecho, por ser injuriosas y vejatorias para quienes las invocaran en su apoyo) y 1988 (motu proprio en el cual se han deslizado confusos ‘furcios’, como considerar como lefebvristas a todos los que mantenían viva la “justa aspiración” de seguir participando en la Misa Tradicional, más algunas contradicciones y no pocos agravios), en orden a obtener el derecho permanente de oir la Santa Misa tradicional, afectan más bien a los fieles que a los presbíteros, quienes siempre conservan el derecho de poder celebrar la Santa Misa con el Misal de 1962.
Desde luego, después, arreglate con el obispo ...
El artículo de Le Figaro deja entrever que las normas jurídicas mencionadas, en realidad, fueron intentos restrictivos del derecho concedido por la Bula de San Pío V, y que jamás nadie osó derogar, por no comprometer el propio poder, dejando sin efecto lo que un Papa anterior, por medio tan solemne, declaró inextinguible hasta el Fin del Mundo. Pero el articulista deja traslucir la existencia de cierta dosis de crueldad hacia los círculos afectos a la Liturgia tradicional.
Por eso, seguidamente da cuenta de la actual revisión de la Reforma de 1969 en que está empeñado Benedicto XVI —que aunque nadie lo reconozca por temor a quedar mal, ha sido en el pasado el progresista moderado intelectualmente más honesto que hayamos conocido— cuyos aprontes estarían ya listos y las declaraciones pertinentes, de muy inminente publicación.
Los articulistas, tanto del diario francés como los de la página en inglés dedicada a la Liturgia tradicional, diferencian la liberación de la Misa tradicional de la revisión de la Reforma Litúrgica de 1969, a fin de evitar confusiones que lleven a creer que serían la misma cosa. Aunque sí tengan, coincidentemente, una causa en común, que tal vez no sea la única: los abusos litúrgicos que han proliferado desde 1969, y si no contamos los experimentos de los años posteriores a la 1ª Guerra Mundial, llevados a cabo por algunos innovadores, como Romano Guardini, sin permiso de la Santa Sede.
La espectativa universal por estas medidas, por lo demás, está determinando nuevas formas de alineamientos entre el alto clero, cuyos resultados todavía no somos capaces de interpretar adecuadamente. Pero no preocuparse: los propios interesados nos harán saber en qué y dónde quedan. Como siempre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Prezado amigo:
¿por que ponéis una fotografía da Missa Nova si el articulo es sobre à Missa tradicional?
Saludos
Paulo

Ludovico ben Cidehamete dijo...

Apreciado Paulo:
La fotografía representa al cardenal Arinze, prefecto de la Congregación del Culto Divino, celebrando la Misa de Paulo VI. Si Ud. lee nuestro artículo, verá que estamos comentando, también, la revisión de la Reforma de 1969 de Paulo VI, así que la imagen la creemos muy apropiada.
Por otro lado, nadie discute que la Misa nueva sea una verdadera Misa, aunque muchos pensemos que los peligros de invalidez que encierra son muchísimo mayores que la Liturgia tradicional, "asentada" a lo largo de 2.000 años.
Por lo dicho, el título de "Misa tradicional", se refiere a la única y verdadera Misa, que puede celebrarse según los libros litúrgicos de 1962 (modalidad que cuenta con nuestro decidido apoyo y predilección) o los de 1969.
Ambas deben ser la Misa Tradicional.
Creemos haber sido claros.
Cordiales saludos.
L. b-C.

Anónimo dijo...

Un saludo desde México y con esperanzas de buena respuesta del clero mexicano.

Recen por que se pueda celebrar en la Villa de Guadalupe.

Desde aquí les ratificamos a todos nuestros Obispos mexicanos nuestra fidelidad dócil y ejemplar y oración diaria.

ppedro1o@yahoo.es