jueves, 28 de diciembre de 2006

Día de los Santos Inocentes


Tanto al tirano le place
hacer de su orgullo ley,
que por deshacer a un REY
un millar de reyes hace.

Por matar a un enemigo
siembra de sangre Belén,
y en Belén, casa del trigo,
no muere un REY, nacen cien.

Y así su cólera loca
no puede implantar su ley,
pues quiere matar a un REY
y corona a cuantos toca.

La furia del mal así
no puede vencer jamás,
pues, cuando me hiere a mí,
estás tú, Señor, detrás.

Estás para convertir
en corona cada muerte,
para decirnos que el fuerte
es el que sabe morir.

Amén.


«Cuando los magos hacen saber a Herodes que ha nacido el Rey, Herodes se altera y, para no perder su reino, quiere matar al recién nacido; y sin embargo, si hubiese creído en él, hubiera podido reinar tranquilo aquí en la tierra y para siempre en la otra vida... Aquellos niños, sin saberlo, mueren por Cristo»


Roguemos al Dios Niño por los Mártires Infantes que, en todos los tiempos, pagaron con su sangre la llegada del Rey

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