Como los días que corren son ya los que corresponden a los setenta años de los momentos iniciales de la Cruzada Española contra el Comunismo, llamada también guerra civil española —todo en minúsculas, como les gusta escribirlo a los rencorosos derrotados en 1939 y que obtuvieron, junto con el perdón de sus atrocidades, una vida mucho más cómoda que la anterior— nos parece oportuno dar a la ocasión algún relieve ejemplar. Como al pasar revista hemos encontrado un cortísimo spot (creo que así le dicen) de excelente calidad, histórica y, dentro de lo que podía esperarse, técnica, lo usamos, con los debidos respetos a su autor, para nuestro modesto homenaje. Por que no alentamos la saña ni el rencor, sino la verdad, renunciamos a emplear, para la ilustración habitual, alguna imagen de nuestra más singular predilección, utilizando en cambio, una que ninguno impugnará, a no ser los traidores.
La deserción de la verdad histórica es el primero, intermedio y final pasos de la izquierda para obtener y conservar el poder, o impugnar a quienes lo tienen, cuando llega el caso que lo han perdido justamente (que es siempre). La frase de Voltaire "miente, miente que algo quedará", se ha convertido en la regla eminente de la praxis gramsciana del presente; de manera que ahora, los inocentes muertos "de la izquierda" que, claro, son los únicos que han existido, resulta que superan astronómicamente sus crímenes, es decir a los muertos por la izquierda, de los cuales no se habla ni se permite hablar, aunque suman unos 100 milloncitos de víctimas en todo el mundo durante el siglo XX. Y cuando son homenajeadas esas víctimas de los izquierdistas, resulta que eso es una actitud "golpista". A diferencia de España, en la Argentina la masonería liberal no ha trabajado al pueblo durante 150 años para resentirlo contra la Iglesia y la cuna, así que no esperamos haya por aquí, Dios nos oiga, un baño de sangre como el de hace 70 años; que aunque fué necesario para libertar España, fue malo en sí mismo, como toda verdadera tragedia. Y por que además, los gobiernos argentinos han sido todos malísimos desde hace por lo menos 100 años, así que nadie se va a matar, hoy, por defender a ninguno, e inclusive a lo presente, no se le hace demasiado caso que digamos ...
Como esta bitácora tiene su origen allende los mares de España, según es notorio, tiene esta memoración, pues, el objeto propósito de que, si alguien puede y debe, comience sus barbas a remojar. Que ganas de afeitar nunca han de faltar.
La deserción de la verdad histórica es el primero, intermedio y final pasos de la izquierda para obtener y conservar el poder, o impugnar a quienes lo tienen, cuando llega el caso que lo han perdido justamente (que es siempre). La frase de Voltaire "miente, miente que algo quedará", se ha convertido en la regla eminente de la praxis gramsciana del presente; de manera que ahora, los inocentes muertos "de la izquierda" que, claro, son los únicos que han existido, resulta que superan astronómicamente sus crímenes, es decir a los muertos por la izquierda, de los cuales no se habla ni se permite hablar, aunque suman unos 100 milloncitos de víctimas en todo el mundo durante el siglo XX. Y cuando son homenajeadas esas víctimas de los izquierdistas, resulta que eso es una actitud "golpista". A diferencia de España, en la Argentina la masonería liberal no ha trabajado al pueblo durante 150 años para resentirlo contra la Iglesia y la cuna, así que no esperamos haya por aquí, Dios nos oiga, un baño de sangre como el de hace 70 años; que aunque fué necesario para libertar España, fue malo en sí mismo, como toda verdadera tragedia. Y por que además, los gobiernos argentinos han sido todos malísimos desde hace por lo menos 100 años, así que nadie se va a matar, hoy, por defender a ninguno, e inclusive a lo presente, no se le hace demasiado caso que digamos ...
Como esta bitácora tiene su origen allende los mares de España, según es notorio, tiene esta memoración, pues, el objeto propósito de que, si alguien puede y debe, comience sus barbas a remojar. Que ganas de afeitar nunca han de faltar.
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