martes, 14 de abril de 2020

Nos copian ...

Algunos días atrás proponíamos al Cardenal Primado de la Argentina una solución católica para encarar un problema sanitario y comenzar a resolver otro problema anticatólico: Que saliera en un carro de bomberos a recorrer la ciudad, como sucedía cuando éramos chicos o, mejor aún, en un helicóptero, bendiciendo a su paso Buenos Aires y todos sus alrededores con el Santísimo Sacramento. En la certeza que el muy honorable cuerpo de Bomberos facilitaría todos los medios necesarios al Divino Cuerpo de Jesús, Quien quiso mantenerse esclavo, necesitado y enclaustrado en la apariencia del pan y dependiente en todo de buestra buena, o mala, voluntad.

Hasta aquí, todavía no ha sucedido. Pero parece que esta modestísima bitácora habría tenido alguna repercusión incluso en Rusia, la otrora religiosa Rusia; y es que cierta noticia nos está llevando a sospechar que los obispos ortodoxos rusos, que serán todo lo cismáticos que se quiera desde la perspectiva católica, son más religiosos que (muchos) obispos locales. Acaso el modernismo no los haya herido tanto en lo más profundo de la Fe, como a nosotros; ni el irenismo les haya carcomido (del todo, porque ha sido la herejía esencial en los tiempos soviéticos) el coraje religioso. Según informa Messainlatino en su última entrada, los Obispos ordinarios de Minsk, en Bielorrusia y de Odessa (Rusia), uno montado en un helicóptero del Ejército y el otro en una camioneta, desde las alturas o el camino, se han puesto a bendecir la comarca a su cuidado con agua bendita y algún santo ícono. Nosotros propusimos hacerlo nada menos que con Cristo mismo, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, aunque también era posible hacerlo con Agua Bendita. No obtuvimos respuesta alguna de la jerarquía católica en la Argentina; no todavía, claro. Mientras tanto, ¿serían nuestros amables y escasos lectores tan diligentes como para hacer llegar este asombroso video a los Ordinarios locales? Si no por virtud, quizá por envidia, algo sucedería... Santa envidia, por supuesto.

Quedamos en que los bielorrusos y los rusos no solamente nos ganaron de mano: además demostraron que este blog se lee también en aquellas latitudes impensadas.

No hay nada que hacerle: Nadie es profeta en su tierra.


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