lunes, 6 de abril de 2020

Absuelto y liberado el Cardenal Pell

Pocas horas atrás, el cardenal George Pell, ex arzobispo de Sydney y de Melbourne, ha sidos absuelto de las cinco acusaciones de abuso deshonesto por las cuales un tribunal australiano lo había condenado, en marzo de 2019, a seis años de cárcel. En el momento de su FALSA acusasción y de su condena, era el encargado de los asuntos económicos del Vaticano.

Pell, de 78 años de edad, ha pasado un año en la cárcel a causa de la condena que le fuera impuesta, mientras esperaba el resultado de su Apelación ante el Tribunal Superior de Brisbane, el cual ahora se ha pronunciado rotundamente a su favor. Los diarios, maliciosos como de costumbre, aseguran que ha sido absuelto a causa de la aplicación del “beneficio de la duda”, artilugio semántico para dejar incoado en el ánimo del lector que se trató de un mero “tecnicismo legal”, locución empleada cuando una señora absolución no cuadra con sus planes preconcebidos. Lo cierto es que el Tribunal ha revocado la condena por considerar que no existía prueba suficiente de los hechos acusados, y partiendo del principio procesal universal que exige que quien afirma un hecho, deba probarlo acabadamente. Es decir: un acusado no debe probar su inocencia, la cual se presume, sino la acusación demostrar plenamente su caso. Lo cual aquí no ha sucedido. El fallo fue dictado por unanimidad de los siete (si, siete) jueces que fallaron la causa.

El caso del cardenal Pell es realmente notable, por la saña con que fuera perseguido por los medios de difusión a pesar de haber demostrado fehacientemente en el juicio, abierto a causa de una denuncia realizada sobre la base de supuestos hechos ocurridos en 1990, que la acusación que se le imputara era de comisión fácticamente imposible, lo cual viene a ser ahora admitido por el Tribunal de Brisbane. Por otra parte, en el momento de iniciarse la causa penal en Australia, Pell se hallaba en el Vaticano intentando enjugar y resolver algunos turbios negociados financieros en el Vaticano por encargo del Papa Bergoglio, desde su función de Secretario de Asuntos Económicos de la Santa sede. Su tarea fue llenada por personajes de poca monta que resignaron el cargo a los pocos días de haberlo aceptado. Apenas conocida la sentencia de primera instancia, el papa Bergoglio >depuso al cardenal, lo suspendió de su ministerio sacerdotal y lo despidió de la Secretaría de Asuntos Económicos.

El cardenal Coccopalmerio mantuvo hacia 2014 y 2015 una tenaz y acidulada resistencia contra el cardenal Pell a causa de su designación en dicha Secretaría, cuestionando no solamente los poderes que se le habían acordado para disponer en los asuntos financieros a fin de obtener cierta dosis de transparencia en los manejos de dinero, sino impugnando a la persona misma del cardenal australiano. A su vez, el cardenal Coccopalmerio se encontró vinculado a varios escándalos que se suscitaron en el Estado del Vaticano relativos al uso de drogas y rehabilitación de personajes sospechosos.

Pues bien; algo de Justicia se ha hecho.



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