lunes, 2 de abril de 2007

Malvinas

Esta es todavía la hora de los cobardes y los miserables, la de todos aquellos que pontifican sobre lo que debió hacerse o por qué no debió hacerse. O la desos otros que, insensibles de ataraxia ideológica, se consideran a sí mismos independientes e intelectuales por que ningún sentimiento les eleva el alma hacia las cosas más altas, ni lleva su pensamiento a Dios, o a la Patria que podria ser, cuando suena en sus oídos “Malvinas” ...

Pues sí, aunque parezca una paradoja, los días que corren son más propios de los miserables que de los héroes que fueron, o que lo quisieron ser.

Y esta es la razón por la cual, hoy, preferimos callar, como calló Nuestro Señor ante Herodes: Por el decoro de la víctima y por misericordia con los miserables.

Duerman en paz nuestros queridos muertos ...


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