lunes, 18 de mayo de 2009

Un negro presente

El tilingaje que estaba de fiesta con el negro Obama debe detenerse, leer esta noticia e ... irse a pasear. Lo creen un verdadero iluminado cosa que, de un modo menos edificante que lo que se piensa, es casi una verdad. Después de todo, Luzbel es el ángel de la luz; y algo de lumbre todavía será capaz de dar.

Mucha gente sabe, o debería saberlo y si no lo sabe, que se instruya, que las autoridades de la Universidad católica de Notre Dame, en South Bend, Indiana, en Estados Unidos, invitaron al susodicho iluminado a la ceremonia anual de graduación; ocasión que, como la pintan calva, no desperdició el encandilado para hablarle a la Iglesia —¡tan luego él!— de tolerancia, un principio que en los Estados Unidos es prácticamente desconocido; o no se usa, o queda reducido a los amigos. En el sentir del orador la dicha tolerancia, desde luego, debería dirigirla la Iglesia hacia los pobres e incomprendidos pecadores, en general, a los cuales, en lugar de amonestar para reconducirlos a la Vida Eterna por medio del ejercicio de la vida virtuosa, debería consentirles todas sus faltas sin ninguna advertencia, reproche ni aviso sobre la Muerte, el Juicio o el Infierno.

El presidente yanki abogó por un diálogo entre estas hipotéticamente equivalentes “partes”, entre los que piden y los que rechazan el pecado del aborto. Por que, desde luego, la tolerancia predicada desde el presidencial estrado tenía destinatarios específicos; y eran los abortistas. Y el reproche, para los católicos. No hemos sido capaces de recojer, de la maraña de palabras de este funionario norteamericano que fuera recibido con una cerrada ovación (eso dicen los diarios al menos) en esta Universidad católica, una prédica semejante que beneficiara a los no abortistas, a los que luchan por la vida. Peor aún, el presidente indicó que, a su jucio “existe odio” de ambas partes, lo cual es tanto como afirmar que un predicador que, por razón de su oficio, lanza sus denuestos contra el pecado y crea una advertencia beneficiosa para el pecador, es tan odioso como aquél que practica el vicio. Escasa sensibilidad moral y lógica utilitarista, llaman a esto allí. Al que tenga hígados y tiempo para perder, lea a Santayana, un español devenido filósofo yanki y entederá mejor qué cosa es esto del utilitarismo y que papelito juega la Moral en todo esto.

Pero el presidente se las traía: una manifestación pacífica de antiabortistas, entre cuyo número se hallaba el sacerdote católico Norman Weslin, portando al hombro una enorme Cruz, y la archifamosa Norma McCorvey, la señora “Roe” del aún más famoso caso de la Corte Suprema norteamericana “Roe vs. Wade”, que fue el puntapié inicial al desparramo del aborto en todo aquel país, esperaban el arribo del invitado de honor de este día para poner a prueba su tolerancia.

Así que un gesto de tolerancia, ambos, el anciano sacerdote —sotana, faja, dignidad extraordinaria— y la señora McCorvey, fueron esposados y detenidos por la policía de Obama acusados de cualquier estupidez, que para algo están hechas las leyes obscuras o antipáticas con las que funciona la policía. No fueron solos a la celda: nos informa Associated Press que siguieron su camino 25 personas más, todas ellas prueba irrefutable de la magnánima tolerancia presidencial, dignidad investida por este hombre que, según el rector de la Universidad que presentara al orador, “no es alguien que le deja de hablar a los que no están de acuerdo con él”.

Pero claro: a cierta distancia y rejas de por medio, qué embromar, a ver si se desacatan, todavía....

Después de ver el video, uno se pregunta si el negrazo de uniforme que aferra las manos del sacerdote, que son las mismísimas de Cristo, y la chirusa que lo auxilia son conscientes de lo que están haciendo y a quién le están poniendo las manos encima. El Centurión del Gólgota, un pagano de ley, no pudo menos que caer de rodillas y alabar al Hijo de Dios al que acababa de crucificar; dicen que se convirtió ahí mismo y no era para menos. Estos pobres insensatos, en cambio, están anestesiados por la disciplina rigurosa que se les impone y obedecen cualquier cosa que se les mande sin medir que se convierten en instrumentos de actos aborrecidos por Dios. Al final de la escena, se puede ver también como un enorme sujeto, que intenta circular en la dirección en que se han llevado arrastrando al Padre Weslin, es a la vez detenido y esposado, como para que no queden dudas de quién ej la autoridá, como decía el policía paraguayo, y cuál es la tolerancia predicada por el orador del día.

Uno piensa con tristeza en aquellos que piden “darle más facultades a la policía”, urgidos por su propia cobardía frente a un sospechoso desenfreno de la delincuencia ¡Dénle nomás, insensantos, poder a estos pobres infelices, que serán en breve los agentes del Anticristo y sus propios verdugos! Pero piensen que curarse en salud, es rasgo de una elevada inteligencia práctica.

Estos pocos yankis protestones nos parecen lo más rescatable, lo más digno, de un país que al parecer no tiene rescate posible y sí es poseedor de un muy escaso sentido de la dignidad; por que no respetándola en el ocasional contrincante, poco o nada queda de la propia.

Vayan nuestros ruegos al Altísimo por estos valientes y envidiables testigos de Jesucristo y de la santidad y libertad de la Iglesia.

Y por aquí, ponerse las barbas a remojar. Y rezar otro poco, a ver si nos queda algún curita déstos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ludovicus (el malo) dijo,

pensé lo mismo. Qué hubiera pasado si uno de estos infelices uniformados, émulos de los guardianes de Maximiliano Kolbe, se hubiera echado atrás y dicho: no puedo ponerle las manos encima a un sacerdote, mi conciencia se opone.
Ojo con "el orden", "la policía de gatillo fácil", "la autoridad", y "pena de muerte". Que nos las destinan a nosotros. Estas cosas me hacen sentirme un poco liberal y garantista (sit venia)

Ludovico ben Cidehamete dijo...

Si Usté es el malo, esoy a salvo...
Más que "garantista" o "liberal", debería Ud. llamarse católico tradicional, por que la ausencia destas garantías que defendemos son las que mandaron al patíbulo a N. Señor.
No sé por qué, tengo la intuición que esto del garantismo y el supuesto "liberalismo" de algunas prácticas judiciales (algo completamente falso si bien se ve) tienen tufo a azufre, para hacernos bajar la guardia. Desconfianza, llaman a esto.
Cordialmente
L. b-C.

Peppone dijo...

No hay duda de que los hechos hablan por sí solos, aunque sabemos que la única discriminación permitida hoy (y fogoneada)es el anti-catolicismo. Conmueve ver a ese sacerdote, pero si los hechos hablan, sin embargo hoy pareciera que tantísimos hombres no quieren o no pueden oír porque las mentes y los corazones están hollados; y hasta la humana y carnal sensibilidad, enervada para ciertas cosas. ¡Nos guarde Dios!
Más allá de esto, de lo que supongo que veremos más y más, hubo un hecho secundario que me alegró: ver a ambos contendientes, sendos Ludovicus (no sé cuál es más "malo") en la misma trinchera pese a sus diferencias a otros respectos. Eso quiere decir que algo de ese espíritu chestertoniano que lo hacía alegar y oponerse sin enemistarse queda entre nosotros. Decía bien el de Beaconsfield: "Lo malo de la pelea es que arruina la discusión" (o algo así). Y, claro que cuando es entre gentes de bien, como cuando discutíamos allá en la Bassa con el "reaccionario" de Don Camilo.

Juancho de Rosas dijo...

Sin hacer un paralelo muy detallado, porque no tuve tiempo, me parece que el actual presidente de USA guarda similitudes con el Anticristo del Señor del Mundo: origen plebeyo, enorme simpatía, conquista a las masas de su país y las foráneas, presunta impecabilidad y rectitud moral, mensaje humanista ateo... Faltaría que detenga una guerra entre Europa y Asia para que haya que redoblar las oraciones.