Un sonado, o más bien súper difundido episodio, ha tenido por actores —en el más estricto sentido de la palabra, nos parece— al rey Juan Carlos de España y al presidente Hugo Chávez de Venezuela.
De Chávez, un cholito carón y resentidillo no vale la pena hablar, pues su carrera como agente yanki recién comienza y tiene todavía un largo camino que recorrer, para llegar a encontrarse en la posisición de su amigo y admirado Fidel; aunque sus estudiadas boutades, concebidas para mejorar su imágen pública, resulten insuficientes para alterar el natural y lento decurso de su aburridez congénita, ni para aligerar su sonsonete zurdillo y vulgarón.
Juan Carlos de Borbón es otra cosa: Nieto del último rey de España, fue elegido por Francisco Franco, el Caudillo de España, para instaurar a partir de él una estirpe monárquica en la España de la posguerra. Cuando aún “no era nadie”, su educación, su noviazgo, su casamiento principesco, su sostenimiento cotidiano, sus vacaciones extensísimas y hasta su sastre, los pagó el ahora oprobioso régimen de Franco, al cual está a punto de traicionar por enésima vez, como felón y perjuro que es. Una típica Ley zurda, denominada con trampa y sin ingenio como de la Memoria falsa, ha sido aprobada por el PSOE (el mismísimo partido causante de la expulsión tramposa de su abuelo y de muchas de las muertes por asesinato de los mártires españoles), a fin de condenar en bloque y legislativamente al régimen político nacido de la victoria sobre el comunismo de 1939. Una revancha estilo Jólibúd, digamos: no te gano en la realidad pero te ridiculizo en el cine.
Para don Juan Carlos, quien desde luego no asistió —ni él ni ninguno de su familia— a la beatificación de los 498 mártires españoles realizada en San Pedro el último domingo de octubre, el problema es enorme y específico, pues de no vetar la ley en cuestión —que además de ser un dislate histórico es un disparate legislativo, pues la ley ordena para lo futuro y nunca prejuzga de lo pasado, por que es irretroactiva (menos para los peronistas)— dará su personal aprobación a la condena definitiva e inapelable pronunciada contra la rama en la cual está tan cómoda y orondamente sentado; la cual, a no dudar, será serrada con indecible deleite por muchos más de los que él cree. Por que si existe algún monumento o recuerdo del franquismo que realmente se encuentre vivo y presente entre los españoles más que ningún otro, ese es el rey Juan Carlos
Juan Carlos es un hombre que acostumbra callar a tiempo y destiempo (salvo que exista algún beneficio en hacer lo contrario), vicio que denota oportunismo, o cobardía o complicidad. Calló cuando lo de Tejero (que obedecía a su rey antes que a sus impulsos); calló cuando lo del divorcio, cuando lo del aborto, cuando ... ¡tantas cosas! Su vida ha sido un dechado de silencios reveladores, traicioneros y culpables, digamos, a partir del juramento que profiriera en noviembre de 1975 comprometiéndose a respetar las Leyes Fundamentales del Reino de España ... franquista.
Ahora, si calla siguiendo una costrumbre inveterada y que lo ha mantenido a flote por 32 años, se hundirá en el fango que no quiere denunciar; por que él primero que nada, es una reliquia insigne y excepcional del Régimen franquista. A Chávez, pues, en un momento de relajación, le ha revelado el secreto de su permanencia donde lo puso Franco: ¿Por qué no te callas? no fué una admonición, sino un consejo de correligionario.
Allá él, que poco nos importa. Pero sí nos importan España y la Monarquía española, de la cual estas provincias fuéramos parte principalísima en su día; y por las cuales rogamos a Dios Nuestro Señor que, en recuerdo de San Fernando, el santo rey de Castilla y León, ejemplo de caballerosidad, lealtad e hidalguía, las salve nuevamente de los indignos que en ellas se aposentan.
4 comentarios:
Excelente artículo, felicitaciones. Nada más que decir.
Santiago Vidal
Tristemente, debo decirle... excelente artículo.
(el mismo anónimo del post previo)
Sí amigo, muy, pero muy triste.
I. D.
L. b-C.
Estimado Sr.
Tiene usted toda la razón sobre este personaje perjuro, traidor y felón que se llama "rey" que traicionó a nuestro glorioso Caudillo, generalísimo D. Francisco Franco, y dilapidó un legado de paz, prosperidad y dignidad. En España reina la inmoralidad, la injusticia, la chabacanería, ese es el reinado de Juan Carlos.
Aprovecho para felicitarle por su excelente bitácora.
Un saludo desde la hermandad en la hispanidad.
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