martes, 18 de noviembre de 2008

Aclaración de la Comisión Ecclesia Dei sobre el derecho al uso del Calendario Litúrgico Extraordinario

La Comisión Pontificia Ecclesia Dei, encargada de la aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum, ha publicado (en realidad, lo publicó The Latin Mass Society de Inglaterra y Gales) una declaración por medio de la cual se aclara que el derecho a uitilizar el Misal Tradicional, edición típica de 1962, incluye el de a seguir el Calendario propio de ese Rito Romano Extraordinario.

Del Magnífico blog colega Secretum Meum Mihi extraemos tanto la noticia como la traducción del texto, originario en idioma inglés. Y publicamos tanto la consulta como la respuesta

Carta al Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei del Presidente de The Latin Mass Society


Su Em. Darío Cardenal Castrillón Hoyos,
Presidente, Pontificia Comisión Ecclesia Dei,
Palazzo del Sant’ Uffizio 11,
00120 Estado Ciudad del Vaticano.

3 de Julio de 2008

Su Eminencia,

Fiestas de Obligación

El reciente anuncio de los Obispos de Inglaterra y Gales de que su dicasterio ha clarificado a ellos “que en el Rito Romano, cualquiera en que sea celebrada la Forma de la liturgia, las Fiestas de Obligación se deben celebrar en común” ha dado pie a una buena cantidad de confusión y algo de inquietud entre nuestros miembros.

En tanto nosotros muy ciertamente deseamos mantener y manifestar la comunión jerárquica con nuestros obispos y a través de ellos nuestra unidad de fe con nuestros hermanos y hermanas en la fe, hay un número de razones pastorales —no menos la esperanza de reconciliación con aquellos en una no regular relación con la Iglesia— que sugieren que esta cuestión no sea interpretada con un rigor que confunda o escandalice a nuestros hermanos más débiles.

Parece también que la afirmación de los Obispos de Inglaterra y Gales no toma suficientemente en cuenta las leyes litúrgicas intrínsecas a los libros litúrgicos usados en 1962. Por ello, por el bien de las almas y la preservación de la caridad, de parte de The Latin Mass Society of England and Wales, pido su autoritativa clarificación sobre los siguientes puntos:

I. Que el uso legítimo de los libros litúrgicos usados en 1962 decretado por el Soberano Pontífice en Summorum Pontificum incluye el derecho del uso del calendario intrínseco a esos libros litúrgicos.

II. Que, mientras de acuerdo al Canon 1246 la Conferencia Episcopal con la aprobación de la Santa Sede legítimamente transfiera las Fiestas de Obligación o suprima la obligación de las Fiestas, es legítimo celebrar la Misa y el Oficio de esas fiestas en los días prescritos en el calendario de los libros litúrgicos usados en 1962 con el claro entendimiento que, de acuerdo con la legítima decisión de la Conferencia Episcopal, no hay obligación de asistir a Misa en esos días.

III. Que, de acuerdo con los nn. 356-361 del Rubricae generales Missalis romani de 1962, es apropiado celebrar la solemnidad externa de los Días Santos en el Domingo al cual hayan sido transferidos por la Conferencia Episcopal como ha sido costumbre en muchos otros países hasta ahora.

Como la tarea de compilar el Ordo para 2009 recae sobre nosotros, estaría muy agradecido de la clarificación de Su Eminencia de estas preguntas tan pronto como sea posible.

Su siervo en Cristo,

Julian Chadwick
presidente
Latin Mass Society



Carta del Vice-Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei al Presidente de the Latin Mass Society

PONTIFICIA COMMISSIO «ECCLESIA DEI»

N. 107/97

Roma, 20 de Octubre de 2008

Querido Sr. Chadwick,

Deseo acusar recibo de su carta del 3 de Julio de 2008 en la cual plantea ciertas preguntas pertenecientes a las Fiestas de obligación.

En primera instancia deseo puntualizar que la cuestión de que el calendario litúrgico siga para el uso de los libros litúrgicos de la forma extraordinaria del Rito Romano es una [de las cuestiones] que seguirá siendo estudiada por esta Pontificia Comisión. Por lo tanto, las presentes respuestas deberían entenderse sin prejuicio de algunas clarificaciones subsecuentes, que puedan ser hechas eventualmente por esta Pontificia Comisión.

Con relación a sus dudas podemos afirmar que:

1. El legítimo uso de los libros litúrgicos usados en 1962 incluye el derecho al uso del calendario intrínseco a esos libros litúrgicos.

2. Mientras que de acuerdo con el Canon 1246 §2 del Código de Derecho Canónico la Conferencia Episcopal puede legítimamente transferir las Fiestas de obligación con la aprobación de la Santa Sede, es también legítimo celebrar la Misa y el Oficio de esas Fiestas en los días prescritos en el calendario de los libros litúrgicos usados en 1962 con el claro entendimiento que, de acuerdo con la legítima decisión de la Conferencia Episcopal, no hay obligación de asistir a Misa en esos días.

3. Así, de acuerdo con los nn. 356-361 del Rubricae Generales Missalis Romani de 1962, es apropiado celebrar la solemnidad externa de los Días Santos en el Domingo al cual hayan sido transferidos por la Conferencia Episcopal, como ha sido la costumbre en muchos otros países hasta ahora.

Con los mejores deseos y orante quedo,

Sinceramente suyo en Cristo,

Rev. Msgr Camille Perl
Vicepresidente

Queda ahora definido cómo deben interpretarse los días de Precepto y qué lecturas deben leerse en las celebraciones de la Santa Misa según el Rito romano extraordinario.

domingo, 16 de noviembre de 2008

El regreso de Tomás de Aquino

n una noticia reciente, la agencia ACI informa que el médico búlgaro Stojan Adasevic, un ginecólogo abortista que había llegado a realizar más de 48.000 asesinatos de bebes, ha abandonado su carrera homicida para convertirse en un acérrimo enemigo de su antigua profesión.

No es el primer caso y pensamos, no será el último, si Dios quiere seguir llenando este mundo de los flechazos de Su gracia restauradora. El salmista canta que Dios acribilla con sus flechas a los malvados. Pero las flechas de Dios son la Gracia: donde abundó el pecado, sobrabundó la Gracia.

—¡Palabrerío de cura en sermón de domingo, don Ludovico!— en sermón que no sea soporífero, es claro, algo que ahora no es habitual presenciar.

¿Ah sí? Vean esto: El dicho médico abandonó su criminal oficio cuando, una noche, y otra más, y así por algún tiempo, soñó que estaba en medio de muchos chicos que, al acercárseles él, huían aterrorizados; él sabía que eran niños, aunque su apariencia era de personas entre uno y 24 años, más o menos. Al desconcierto que le producía la visión, venía a sumarse que una persona mayor, vestido con hábito blanco y negro, permanecía en su lugar y lo miraba intensamente, sin hablarle. Una vez —una noche— se le acercó y lo interrogó:

—¿Y usté quién es...?—, a lo que la visión respondió:

—Me llamo Tomás de Aquino.

pero educado por los comunistas, a Adasevic el nombre y el hábito no le decían absolutamente nada.

La aparición, ahora interrogada, siguió diciendo:

—¿Por qué no me preguntas quiénes son estos chicos? Son tus víctimas, los que matase con tus abortos..

Adasevic se despertó sobresaltado y decidió no practicar más abortos; por aquellos años, las imágenes de ultrasonido ya permitían ver las formas y movimientos humanos del feto, pero para la doctrina oficial del comunismo, el aborto seguía siendo una práctica quirúrgica menor, equiparable a la remoción de tejidos sobrantes y despeciables; y además, el riesgo de negarse a realizarlas desafiando al oficialismo, no era cosa despreciable.

No obstante, pocos días después de tomada su decisión, se le presentó un pariente que le pedía que realizara a su novia su noveno aborto, algo que, según la noticia indica, era una práctica común en aquellos tiempos en los países comunistas. Adasevic se prestó a realizar lo que le pedían, pero aplicó una técnica distinta: “En vez de sacar el feto miembro a miembro, decidí machacarlo y sacarlo como una masa. Sin embargo, el corazón del bebé salió aún latiendo y me dí cuenta, entonces, que había matado a un ser humano.”

El soñado Santo Doctor

Aterrado por el macabro episodio, Adasevic resolvió no practicar nunca más un aborto; pero las presiones oficiales no se hicieron esperar, y el médico vió reducido su salario a la mitad, a su hija despedida de su trabajo y cerrado el acceso de su hijo a la Universidad. Así las gastan estos comunistas tan civilizados. Pero en una nueva aparición en sueños, el Gran Gordo le dijo

—Ahora eres mi amigo: ¡persevera!.

Adasevic ha publicado recién ahora su notable experiencia, luego de retomar la práctica de la religión ortodoxa de su infancia y de estudiar con detenimiento la vida y la obra de santo Tomás de Aquino.

En sus propias palabras, interpreta que el Santo doctor ha querido de esta forma asombrosa corregir una opinión suya errónea y que podría tomarse como argumento contra la verdad, y que es la afirmación de que el alma informa al feto el día cuadragésimo de su existencia y no antes.

Pues el caso es que Dios ha permitido que se pusieran de acuerdo dos conciencias rectísimas y honestas para que, de tal modo, se subsanase una opinión equivocada del Aquinate y quedase en camino a la salvación un alma cuyo destino más evidente parecía ser el infierno.

Así la gastan estos santazos; y rogamos sinceramente para que ahora se den unas vueltitas por los sueños de los miembros vivos de su gremio; y de su Orden. Y si son obispos, más todavía.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Desobediencia de amor ...

El título cursi de esta nota, se nos ocurrió leyendo una noticia de verdad aleccionadora y, en cierto modo, escalofriante. En la segunda acepción de este adjetivo, que es la de designar algo que pasma y asombra. Pero sin despreciar la primera: algo aterrador.

Un matrimonio pampeano ha decidido resistir una resolución judicial que les obligaría a restituir una beba de 3 años de edad, que vive con ellos desde los días posteriores a su nacimiento; primero como hogar de tránsito y luego como guardianes de la menor, han criado la niñita desde siempre con la bendición de la madre biológica, una pobre mujer que, aquejada por enfermedades graves, no puede hacerse cargo. Toda la vida afectiva que la chiquitita conoce es la de su familia del corazón, la familia adoptiva; y toda su desgracia futura, parecería pender de la “familia” ... judicial. Por que la madre natural, como decimos, la entregó a la custodia de los Carro —tal el apellido de estos héroes contemporáneos— y no solamente no tiene reclamo alguno que hacerles sino que ha participado activamente en los movimientos populares a favor de la familia Carro; y también al contrario, su ausencia de todo este trámite judicial es poco menos que una inculpación para el Juzgado del caso. Ese penoso Mamón cotidiano, ese “estado” cruel y famélico del horror humano que produce, es quien reclama que la pequeña pase de manos afincado en razones de formalidad legal, que alguna negrura deben encubrir, desinteresándose hipócritamente del “superior interés del niño” el cual, supuestamente, se invoca para justificar este despropósito y otros mucho más graves y positivamente perversos. Pero parece ser que el atropello forma parte de lo que se llama modernamente derecho, y que, en realidad, no es más que puro voluntarismo despótico de funcionarios las más de las veces ignorantes, muchas veces perversos y casi siempre tiránicos, donde nada predica el orden natural que las leyes deben concretar ni, menos aún, la razonable solicitud por el bien común que justifica la acción y la irrupción de la autoridad política en la vida de los particulares.

La noticia nos permite saber que la familia Carro, que fuera antiguo hogar de tránsito, renunció a esta condición para poder adoptar a la expósita y convalidar legalmente aquello que ya había realizado desde el alma y el derecho. La publicación de la noticia, si alguno quiere curiosear más abajo de su texto, ha suscitado alarmantes comentarios de otros padres adoptivos que también han sido defraudados, o se ha tentado hacerlo, al pretender adoptar chicos abandonados que quedaban largo tiempo bajo su custodia; maniobras gestionadas, casi siempre, por parte de las llamadas “autoridades” judiciales, autoras implacables destas crueldades sistemáticas y verdaderas piedras de escándalo a la hora de pensar, siquiera, en la virtud de la Justicia.

Los organismos estatales tienen por único fin y por toda justificación, la unidad y felicidad del pueblo por medio de una suave inducción a la vida virtuosa, cuyo ejercicio deben hacer posible las leyes generales; cuando no procuran o impiden estos bienes, su supuesta autoridad desaparece y se convierte en un robo, una usurpación del poder legítimo y es un pecado mortal castigado con el infierno. La familia Carro lo ha percibido así y el monstruo “legal” ha resuelto rodear la casa familiar —que ahora simboliza el alcázar de todos los argentinos— de policías y funionarios que, tarde o temprano, deberán rendir cuentas ante Dios de lo que están haciendo, de lo que están pensando hacer y de lo que estuvieron dispuestos a hacer —la casa iba a ser asaltada por un grupo comando de la policía local—, por que de nada les servirá la excusa de la “obediencia debida”, ni la indiferencia moral que podría sugerirles la conveniencia de mantener un empleo gubernamental.

Quienes tontamente creen que la policía está para prevenir el delito o impedirlo, presten atención a estos casos y pongan sus barbas en remojo, recordando que nunca fue cosa buena permitir tanto poder a las “autoridades” políticas, de las cuales la policía es el brazo armado. Y los policías que quieran salvar sus almas, comiencen por servir a Dios y no a los hombres... y menos todavía, a las mujeres “jueces”.

Casos como este ponen en crisis la totalidad de la función pública y la judicial en particular, por que tal cual está concebida entre nosotros, es un mero funcionariado legal sin humanidad y sin fin práctico político ninguno, esto es, un modesto complejo humano obediente de las leyes y no del derecho, destinado a ejecutar las leyes generales dictadas por el congreso y no lo que debería ser, a saber: la función de determinar prudente y equitativamente la ley natural en el caso concreto, empleándose la ley humana positiva únicamante como causa formal extrínseca, como cierta razón del derecho, según la expresión acertadísima de Santo Tomás de Aquino, y no como vara de hierro descargada sobre los lomos de la ciudad.

El problema, además, es que el positivismo de nuestros (malos) jueces se agota rápida y tenebrosamente ante las leyes buenas que aún quedan, las cuales omiten cumplir a designio cuando contrarían la “política” oficialista, en cuyo seguimiento servil mantienen sus puestos; y es la causa de muchísimos de nuestros males porque ellos, con su imperium, hubieran podido remediarlos si hubiesen dejado de humillarse permanentemente ante la férrea disciplina impuesta por el poder político predominante.

Y en segundo lugar, está en crisis también la ley positiva, en tanto ya no es determinación general del derecho natural, sino capricho y tontera del poderoso de turno, que pone la organización política al servicio de sus inclinaciones y no del bien común. El caso es ejemplarísimo, por que lleva al terreno íntimo y concreto del ser humano en su faz más vulnerable y, por tanto, más preciada, como es la familia, la ligereza, la maldad, la torpeza y la estupidez de las supuestas autoridades y la labilidad total de nuestro sistema político presente, que no garantiza prácticamente ningún bien y, en casos conflictivos, se inclina sin demora por el mal.

La institución del “criadito”, de ley natural y tan corriente entre nosotros hasta hace poco tiempo, debería prevalecer al paso de aniquilarse las torpes leyes que contrarían de manera tan notoria el bien común y la ley natural. Eso es función judicial. Pero aquí no hay jueces, sino sirvientes del poder político y de las ideologías vengativas y crudelísimas del género y del feminismo y, por encima de todo, del odio visceral al amor en cualquiera de sus expresiones; empezando por la familia, desde luego.

En momentos tan duros como estos, solo queda la esperanza ilusionada de que alguien, de algún modo, con la ayuda de Dios, la intercesión de María Santísima y el beneplácito ferviente de todos los argentinos, salve lo esencial: la Patria, mantenga la Religión y fortalezca la Familia y el respeto a la Propiedad. Y liquide el resto de basura lo más pronto posible, para que lo presente no sea, acaso, mas que un mal recuerdo, borroso y dichosamente remoto.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Presentación de un libro del Padre Julio Triviño

Antonio Caponnetto presentará, este viernes que viene, 7 de noviembre, a las 7 de la tarde (“19 horas” para los formalistas) el libro del padre Julio Triviño titulado “El Cura Brochero”. El evento tendrá lugar en la Editorial Dunken, Ayacucho 357, ciudad de Buenos Aires.

Esta obra, que es una reedición de la original, fue pensada por su autor hace más de 50 años y publicada algo más tarde. Fue en una de sus primeras misiones sacerdotales donde del P. Triviño, en Traslasierra, en Córdoba, asoció su curiosidad de hombre sabio, santazo e historiador, a la figura del Padre Brochero, el cura gaucho que había catequizado esos parajes 60 años atrás, cabalgando a lomo de su mula todoterreno y capeando, a Catecismo puro, la inclemencia de una época paganizada por la caida de la Religión, que tuvo su golpazo feroz en 1852. Sí: Caseros fue nuestra Revolución Francesa y Brochero uno de los innumerables curas que salvaron al pueblo fiel de la desbandada de la apostasía, como el P. Champagnat en Francia, por la gracia de Dios. Los santos, y algunos santos en particular, son signos inequívocos de predilección divina que las naciones deben tomar en cuenta. Los liberales lo saben, los masones, más áun, y les temen o los matan; los “catostantes”, en cambio, miran para otro lado, o hablan distraídamente de pavadas o volublemente del amor ...

José Gabriel Brochero
en su vejez

Triviño nos acerca al Cura Gaucho desde lontananza donde lo ha puesto la Historia histérica, hasta la proximidad de un hombre de carne y hueso, aquejado de mil enfermedades y acicateado por el celo de las almas para Dios, para lo cual su sacerdocio ha sido en verdad y en efecto, oblación pura y signo de santificación. Esa fe simple y morrocutda del hombre de campo —del hombre de campo que es cristiano, se entiende, no del que es simplemente hombre de campo, del pago: pagano— que ha aceptado a Dios, a Su Realidad inmensurable, del mismo modo en que lo hace con las realidades naturales. Brochero murió de lepra en 1914 y se supone que había nacido en 1840.

Al presente, Triviño es un jovial sacerdote que ha pasado los 85 años de edad y los 60 de sacerdote. Lo único que lamenta de su extensa existencia, es la ausencia de sus amigos y conocidos, que ya lo han precedido en el camino al Cielo. Considera que este es el precio que hay que pagar por una vida larga; aunque desta forma, Dios vaya descarnando los afectos para preparar el Tránsito. Sus libros y su docencia poética, que no es poca ni desconocida, aunque no salga en lanación, acaso sean la razón de su permanencia en la tierra; o de su demorada llegada a la Gloria, según se vea. Los ataques contra Dios han arreciado y, en cierto modo, cambiado de perspectiva; así que el soldado debe estar atento y, sobre todo, militar.

Si antes se intentaba negar Su existencia —y un torpe intento de remedo lo hemos leído, casi con risa, en las sosas líneas de F. Savater (el filósofo de los anteojos rosas) publicadas en la tribuna de doctrina no hace mucho— hoy se ataca directamente a Dios, a través de todo lo que es Su imagen o representación: la paternidad natural y sobrenatural, el sacerdocio ordenado, la Iglesia, la autoridad legítima, el orden.

Sabemos que Triviño lo sabe y que desea dedicar sus últimos años, su último suspiro, a dar este combate, que la certeza sobrenatural de servir al Rey de reyes da por ganado, pero que la humana labilidad exige combatir.